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Tu terquedad.

Después de que Hyunbin y Shinhye salieron de ver a Jimin todos lo miraron esperando a que entrara él, es claro que no iba a negarse. Algo muy feliz se puso de pie y caminó por el pasillo de cuidados intensivos.

Podría ser tonto que esté alegre en estos momentos pero después de las horas angustiantes que vivió, tener la certeza de que la salud de su chico mejorará es como tener una botella de agua en el desierto.

A través del cristal observó al castaño, su respiración seguía siendo tranquila, su rostro pacífico, tenía solo una manta sobre las piernas dándole a entender que el frío había pasado, su torso seguía siendo cubierto solo por una venda. El corazón del alfa latía apresurado, sentía que habían pasado años sin verlo aunque en realidad fueron solo unas cuantas horas.

Entró a la habitación y aspiró el ligero toque de café que permanecía en ella, su lobo movió la cola contento al percibirlo, tomó asiento al lado de la cama, en la silla de siempre, sujetó la mano de Jimin entre las suyas y la besó con dulzura. Su mejilla se restregó contra el dorso de la muñeca del pequeño omega

—¿Lo de cortejarme iba enserio? —cuestiona una voz suave que él conoce a la perfección, era algo ronca por despertar recién pero igual le provocó un paro cardíaco momentáneo, enderezó su cuerpo para verlo a la cara.

Ahí estaban esos ojos azules y adormilados que lo veían con cariño, esos gruesos labios cargándose hacia arriba en una sutil sonrisa, el omega llevó su mano libre hacia la mejilla del mayor y la acarició, la sensación que invadió su pecho fue indescriptible, la sonrisa del alfa bien podría acalambrar sus mejillas, sus ojos verdes brillaban al ver al amor de su vida sonreír de nuevo.

—¡Claro que es enserio, bebé! —acunó su rostro con necesidad apremiante y picoteó sus labios repetidas veces—. Te amo tanto, tanto —su voz se cortó—. T-Tuve tanto miedo —lo abrazó con fuerza pero sin perder el cuidado de lastimarlo, su mejilla frotándose ansiosa contra el cuello del más chico, los sollozos haciéndose presentes—. La v-vida se me estaba yendo y tú eras el único que p-podía tranquilizarme pero no estabas, es lo más feo que me ha pasado, por favor n-nunca me dejes —suplicaba y lloraba.

—Shh, ya pasó —Jimin frotaba su espalda y liberaba su aroma para tratar de calmarlo—. Estoy aquí, estoy bien —sonrió un poco y acunó el rostro de Jungkook cuando este se separó para verlo a los ojos—. ¿Qué fue lo que me pasó? —Jungkook lo miraba embelezado mientras más lagrimas bajaban de sus mejillas.

—Tenías una úlcera y tu apéndice se reventó —explica—, te operaron en cuanto te traje y has estado semi inconsiente desde entonces.

—Recuerdo estar en la cafetería pero no recuerdo verte llegar —dice extrañado—, y recuerdo algunas cosas de hace un rato pero en su mayoría es dolor y tú diciéndome cosas lindas —sonríe con las mejillas tomando un color rosa que hace que el mayor quiera besarlas.

—El sábado me llamaste porque... —seguramente Jimin olvidó las cosas debido al estrés y al shock, no sabe si es buena idea soltarle todo ahora, es mejor esperar y así que decide no ponerlo triste ahora que recién se recupera—, ¿sabes qué? No importa porqué me llamaste, lo importante es que pude traerte a tiempo —sonríe un poco incómodo pero Jimin no lo nota.

—Supongo que tienes razón —asiente tiernamente—. Quiero dormir otro poco —confiesa acomodándose mejor en la cama.

—No esperaría menos, amor —sonríe, levanta la manta que cubría sus piernas para arroparlo—. Descansa, estaré afuera si me necesitas —besa su mejilla y trata de alejarse pero Jimin toma su mano.

—Te amo, alfa —dice con las mejillas pintándose de rojo intenso—. Gracias por volver a quererme —la timidez actuando por él.

—Nunca dejé de quererte, amor —toma asiento para quedar frente al otro y se acerca hasta quedar a unos escasos centímetros de distancia entre sus rostros—. Fui un estupido y voy a explicarte todo, pero nunca, jamás dejaré de amarte como lo hago —besa sus labios—, eres lo mejor que me ha pasado, eres mi razón de estar vivo y voy a demostrártelo cada día del cortejo y cada día de mi vida si me lo permites —deja un beso rápido en su mejilla—, descansa, te amo mucho —acomoda su flequillo y lo ve asentir con los ojos cerrados y una sonrisa en los labios.

Jimin estaba mucho más tranquilo, ahora sabe que su alfa no dejó de quererlo, aún no conoce el motivo de su extraña actitud pero su lobo está mucho más feliz, pronto se queda dormido y Jungkook sale de la habitación, su corazón latiendo emocionado en su pecho.

✧✦✧

Tres días habían pasado, tormentosos para el alfa y para el omega, podían verse solo 25 minutos durante la hora de visitas y eso era cada 24 horas, cada encuentro era aguardado con ansias y desespero, sus lobos gruñendo por estar juntos de nuevo.

Éste era uno de esos momentos, Jungkook caminaba a paso rápido por el pasillo de cuidados intensivos, sus manos ardiendo en ansiedad por tocar a su precioso omega, su pecho siendo arañado por su lobo y su cabeza punzando por tantas horas sin verlo, al entrar se apresuró más a abrazarlo.

—Te extrañé tanto —dice besando el dorso de la mano del omega, Jimin se encontraba mucho mejor de salud y de ánimo, su lobo no estaba tan resentido por la lejanía gracias a los medicamentos que lo hacían dormir frecuentemente, sin embargo, correspondía al abrazo con la misma intensidad y cariño que el otro.

—Hola, alfa —sus ojitos azules brillando de gusto—, también te extrañé mucho —sonríe tratando de enderezarse un poco, Jungkook lo empujó levemente por la espalda mientras sostenía su mano para ayudarlo a recostarse más cómodamente, colocó unas almohadas en su espalda y besó su frente.

El alfa sonríe en grande, camina a cerrar las percianas y se asegura de que nadie esté cerca de la puerta, todo con una sonrisa socarrona, Jimin se ríe bajito al verlo pues sabe sus intenciones, se recorre un poco en la camilla y el alfa se apura a subirse a su lado abriendo los brazos para que el ojiazul se acomode entre ellos.

La nariz del ojiazul se esconde en el cuello del otro sacándole risas cuando lo acaricia o lo besa, sus lobos acicalándose y moviendo la cola contentos por estar de nuevo juntos después de largas horas de espera.

—Te tengo muy buenas noticias, amor —avisa el mayor, los ojos del omega brillan de emoción—, la doctora dice que hoy mismo te trasladarán a una habitación normal, ya no hay ningún peligro.

—¿De verdad? —cuestiona pero no espera respuesta—, ¡eso es increíble alfa! Me duele todo cada vez que no estás conmigo —dice desde su escondite en el cuello del otro, su voz siendo encubierta.

—Lo mismo me pasa a mi —acaricia su costado con dulzura, la herida había cerrado casi por completo pero aún dolía ocasionalmente.

—Además eso significa que estoy cerca de salir de aquí —festeja mirando los ojos del alfa—, no podré regresar a la escuela o a las prácticas —dice pues esa semana era la última antes de las vacaciones navideñas—, pero puedo volver a la cafetería y a cuidar al señ... —guarda silencio al ver como se apagaba el rostro del otro—. ¿Qué pasa, ricitos? —dice llevando sus manitas al rosotro ageno.

—Tengo que decirte unas cosas —se pone serio, toma una de las manos de Jimin para darle un apretón—, te vas a poner triste, pero quiero que recuerdes que estoy aquí y te voy a apoyar, bebé.

—Me estás asustando, Jungkook.

—El sábado tuviste un incidente en la cafetería, estabas muy distraído y tiraste una bandeja sobre una alfa —explica—, ella amenazó con cerrar el negocio si no te despedían, así que tuvieron que hacerlo, pequeño.

—¿Qué? —su rostro se frunce en confusión—. No pude hacer eso, no es por ser pretencioso pero no me distraigo o al menos no como para hacer eso.

—Amor... —suspira—, estabas demasiado triste porque recibiste una mala noticia —lo abrazó y acarició su espalda con lentitud—. Jimin, el señor Joon murió —siente que fue algo brusco pero no sabe otra forma de expresarse.

—Claro que no —niega incrédulo y se separa un poco del abrazo—, él estaba bien, si me despidieron solo dilo, no puedes inventar ese tipo de cosas —dice serio.

—Lo lamento mucho, pero es verdad —hace una mueca de pena y su pecho duele al ver los ojos del omega llenarse de lágrimas.

—Fue mi primer paciente, Jungkook —cubre su rostro con ambas manos, los sollozos comienzan, Jungkook se acerca para abrazaro y frotar su mejilla contra su coronilla—, e-era un muy buen hombre, siempre me contaba s-sobre su juventud y las cosas que vivió, no merecía enfermar.

—Jim, él era un hombre mayor —acaricia su espalda—, es el ciclo de la vida, todos moriremos.

—Pero él era viejo, no había necesidad de que enfermara —discute—, sé que él está mejor pero duele.

—Es normal sentirse así —dice—, pero debes ser consciente de que no será el último de tus pacientes en morir.

—Lo sé —suspira abrazando al otro cuidando de no enredar su vía intravenosa—. No fui a su funeral, Kook —se lamenta con la voz apagada pero sin sollozar.

—Yo lo hice por ti —dice—, llevé un arreglo florar y di el pésame en tu nombre, su hijo quiere saludarte y agradecerte en persona cuando estés mejor.

—Te lo agradezco mucho, alfa —sus ojitos se veían tristes.

—No hay de qué, es mi deber —niega—, estoy aquí para ti, siempre, nos hacemos fuertes.

—Eres el mejor del mundo —se separa para picotear sus labios varias veces.

—No lo soy —niega—, te lástimé y no te he pedido perdón adecuadamente —desvía la vista para evitar ver los ojos azules—. Aún no quiero decirte mi motivo para alejarme porque después no podré verte a la cara sin querer morirme de vergüenza —confiesa—, pero quiero que sepas que me arrepiento de no besarte y abrazarte durante esos días, no sabes lo mucho que lo lamento y nunca me hubiera perdonado perderte sin besarte como debería —sus ojos llenándose de lágrimas—, me asusté demasiado y estos días han sido los más agotadores de mi vida, la posibilidad de perderte es lo peor que me ha pasado y yo no dejaba de pensar en que tú estabas molesto conmigo —una lágrima tocó la almohada haciendo que se tornara un poco más oscura por la humedad—. Te amo, perdóname por favor.

—No hay nada que perdonar —desliza su lengua por las mejillas del otro para limpiar las gotas saladas—. Sé que no harías nada para dañarme y tendrás tus razones, esperaré a que quieras decirlas —sonríe con dulzura—. Te amo mucho, mi amor —besa sus labios—, ya pasó todo, estoy aquí y aquí seguiré.

El alfa lo rodeó por la cintura con ambos brazos con más fuerza, pero evitando presionar la zona lacerada, escondió su rostro con el cuello ajeno y besó tiernamente el lugar donde irá su mordida.

—Mi corazón no deja de emocionarse al escucharte decir que me amas —su aliento chocando con el cuello del omega.

—Pues tendrás que acostumbrarte porque te lo diré por muchos años más —Jungkook se tensó, no había tenido la oportunidad de recordar su propia situación, él también correrá peligro en poco menos de un mes, pero decide alejar esos pensamientos—. ¿Te pasa algo? —cuestiona al sentir su preocupación.

—No... —miente—, solo recordé que en menos de 15 días es tu cumpleaños —sale de su lugar.

—¡Voy a cumplir 20 años, estaré viejo! —dice burlón, sus ojos seguían tristes pero Jungkook lo considera normal después de perder a alguien a quien aprecia.

—¡Oye! —regaña—, yo cumpliré 25.

—Eres un ancianito, rizos —se burla y Jungkook entrecierra los ojos en reprimenda.

—No te hago cosquillas solo porque te dolería la pancita, pero sé que es tu punto débil —amenaza—, además tengo que irme, la visita está por terminar y no quiero que vengan a correrme —sonríe.

—Te voy a extrañar —dice con un puchero triste en sus labios.

—Yo tambien, mi vida —besa el gesto triste y se levanta de la cama—, pero nos veremos más tarde cuando estés en una habitación normal —consuela—. Te amo, acuérdate de que estoy contigo —da un abrazo al omega.

—También te amo —es lo último que escucha al salir de la habitación, su sonrisa evidencia lo aliviado y contento que se siente, un minuto con Jimin es como una hora del masaje más relajante, es obvio que quisiera estar más tiempo con él pero 25 minutos son suficientes para ponerlo de buen humor.

Ademas, podrá verlo más tarde gracias a su cambio de área, su lobo movía la cola de alegría al saber que su chico está 100% a salvo.

✧✦✧

Jimin obtuvo su habitación normal a las dos horas, todo fue alegría pues era oficial que el omega estaba a salvo, recibió visitas de sus amigos médicos y de su familia por igual, los padres de su alfa lo visitaron, todos le decían lo mucho que los asustó, él también estaba muy feliz de verlos a todos.

Pero su felicidad llegó a tope cuando todos se fueron y por fin pudo estar con su alfa, el rizado estaba recostado boca arriba en el sofá de la habitación, tenía ambas manos en su nuca y los ojos cerrados pero una sonrisa en sus labios, su distintiva sonrisa deslumbrando al omega quien estaba recostado en su camilla con una bata holgada puesta y una sábana cubriendo sus pies.

Trató de bajar uno de sus pies pero no lo movió ni tres centímetros cuando Jungkook ya estaba pegado a la cama con los ojos muy abiertos.

—¿Pasa algo? ¿Qué necesitas? —se veía preocupado y su voz era acelerada por la angustia.

—Solo quiero ponerme de pie —ríe.

—¿Qué? ¡No! —niega rápidamente con los ojos bien abiertos—. No puedes hacer eso, vas a lastimarte.

—Kook, tendré que pararme en algún momento de la vida —se burla.

—Pero no ahora es muy pronto, bebé —vuelve a negar y acomoda la pierna de Jimin en su posición anterior.

—Te recuerdo que soy enfermero y sé cuándo es tiempo de estas cosas —de nuevo la burla se hacía presente en su tono.

—No voy a dejar que te levantes —advierte serio—, probablemente tú seas el mejor enfermero del mundo pero yo soy tu alfa y solo por ésta vez tendrás que hacerme caso —dice firme.

—Alfa... —sus ojos suplicantes se dirigieron al mayor, un puchero tierno se pintó en sus labios—, por favor.

—No, amor —negó desviando la vista, no puede negarle nada, pero no está dispuesto a pasar por otro susto solo por la terquedad del menor, prefiere ser sobreprotector a temer por la vida del omega otra vez.

—Tengo que ir al baño, Jungkook —dice un poco más alto y con un poco de molestia.

—Estás mintiendo —adivina—, pero vamos, te llevaré cargando —dice con sorna en la voz para tratar de doblegarlo.

—¡Jungkook! —regaña—. Quítate, voy a levantarme —su tono era ahora más molesto.

—No —su voz volviéndose tan seria como la del otro.

—Jungkook... —habló con avertencia pero el otro no retrocedió.

—Dije que voy a protejerte hasta de ti mismo así que vas a quedarte aquí —sentencia—. ¡Deja tu terquedad, eso es lo que te trajo aquí en primer lugar, Jimin! —gruñe hacia el ojiazul.

El ceño fruncido de Jimin se deshizo, su labio inferior tembló cuando sus ojos se aguaron y el llanto comenzó.

—Sé que es mi culpa pero no tenías que decírmelo —susurra entre lágrimas, Jungkook supo que es el peor alfa del mundo.

—No, no, no —se apresura a abrazarlo—. No quise decir eso, perdóname —fricciona su mejilla contra el cuello del otro—, tú no tienes la culpa de nada, fue una tontería, perdóname.

—¡Si fue culpa mía! —niega entre sollozos—, estoy aquí por terco y no aceptar ayuda, no me mientas —sigue llorando—, y a-aparte de todo me gruñiste —se queja.

—No era mi intención, aún no lo controlo bien... Y sé que no es una escusa, soy un tonto, ¿podrías perdonarme? —tomó su rostro con ambas manos y comenzó a dejar besos por todas partes.

Jimin lo miraba con los ojitos tristes y el labio levemente sobresaliente, Jungkook no podría sentirse más estúpido, le dijo algo feo y le gruñó a su omega, no es la primera vez que eso último pasa, ninguna de esas veces ha sido serio, jamás atacaría al menor, pero Jimin si lo tomó con seriedad así que no hay forma de que lo perdone, se siente derrotado y tan mal alfa.

—Me dijiste Jimin —solloza de nuevo cubriendo su rostro con ambas manos, Jungkook toma la bolsa del suero para no dañar la intravenosa, pasa su brazo por detrás de las rodillas del omega y lo carga al estilo nupcial para dirigirse con él al sofá.

—Perdón, jamás me disculparé lo suficiente —dice arrepentido y abraza al menor sentándolo en su regazo—, perdóname, bebé —la suavidad en su tono tratando de consolar al omega.

—Tú siempre me hablas lindo, jamás me hablas mal aunque sea terco o necio —el alfa comenzó a liberar su olor y frotar su espalda con cariño para tratar de calmarlo.

—Lo lamento —besa su coronilla—, no va a volver a pasar, lo prometo, perdóname —suplica y Jimin lo mira con los ojos azules brillosos por las lágrimas.

—Dime cosas lindas —pide escondiendo su rostro en el cuello del otro para aspirar el tabaco, Jungkook ríe un poco ante la petición.

—Lo que mi bebé mimado quiera —acaricia con ternura la cadera del omega—. Perdón por gruñirte y perdón por decir las cosas que dije, aunque es verdad, eres la persona más fuerte que conozco y si eres muy terco pero amo todo eso de ti, amo lo mucho que te esfuerzas por conseguir tu independencia y lo valiente que eres, eres el amor de mi vida, no hay nada que no me guste de ti, eres mi vida, mi sol, todo para mi —Jimin escuchaba y ronroneaba en el cuello ajeno—. ¿Podrás perdonarme?

—Si —dice escuetamente—, pero tienes que abrazarme al dormir.

—Eso no es un castigo, amor —ríe y aprieta más su abrazo.

—Y tienes que dejar que me ponga de pie.

—¡Jimin! —regaña.

—¡Bien, no voy a pararme! —canturrea rendido—. Igual me gusta que me cargues —mueve su nariz acariciando el cuello del alfa.

—Estás muy mimoso —ríe—, no me quejo, pero es más de lo usual —dice y Jimin se aclara la garganta nervioso.

—Sobre eso... —toma un poco de impulso para sentarse bien sobre las piernas del otro, así que Jungkook lo ayuda y lo sostiene de la cintura para evitar que se caiga—, hay algo que tengo que decirte —los ojos de Jungkook se abren enseguida, poniéndose en alerta.

—¿Hay algo mal? ¿El médico dijo algo que no sé?

—No hay nada mal —niega serio—, es solo que... —suspira—. Mi celo es en unas semanas así que estaré demasiado cariñoso conforme los días pasen, lo siento si te incomoda —Jungkook se tensó, ese era un tema que en definitiva no estaba listo para afrontar aún...

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